EUROPA
PRESS
26 febrero
2019
Los
pistachos, en la cúspide de los frutos secos de la nueva pirámide de la dieta
mediterránea
La Fundación Dieta Mediterránea coloca
a los pistachos en la cúspide de los frutos secos de la nueva pirámide oficial,
según ha informado el director del estudio Prevención con Dieta Mediterránea
(PREDIMED) y miembro del servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, Ramón Estruch.
Por ello, el doctor ha destacado la importancia de incluir
los pistachos en este patrón alimentario, a la vez que ha recordado que los
frutos secos son una parte fundamental de la dieta mediterránea y ha
recomendado consumirlos a diario.
Entre los distintos beneficios saludables del pistacho, el
doctor ha asegurado que puede ayudar a prevenir enfermedades oculares.
"Comparado con otros frutos secos, el pistacho tiene una menor cantidad de
grasa y contenido energético, junto a una alta proporción de fibra (tanto
soluble como insoluble), potasio, vitaminas E y K, fitosteroles
y determinados carotenoides, como la luteína y zeaxantína,
de gran importancia en la prevención de enfermedades oculares", ha dicho.
En este sentido, prosigue, aparte de sus efectos protectores
sobre el sistema cardiovascular, probablemente relacionados con su contenido en
polifenoles y vitamina E, llama la atención el elevado contenido en dos
carotenoides, la luteína y la zeaxantína, del
pistacho. Un hecho que le confiere una "importante" acción protectora
a nivel ocular.
Estas dos substancias son precisamente las responsables del
color tan característico de los pistachos y se ha señalado su eficacia en la
prevención de las lesiones fototóxicas y sobre todo sobre la degeneración
macular relacionada con la edad, que es la principal causa de ceguera en los
ancianos.
Por otra parte, Estruch ha
comentado que son numerosos los estudios epidemiológicos y de intervención que
demuestran los efectos beneficiosos de los frutos secos para la salud y, en
especial, para la prevención de enfermedades cardiovasculares y otras patologías
crónicas. De ahí, que numerosas sociedades científicas, como, por ejemplo, la
Sociedad Americana de Cardiología, recomienden el consumo regular de frutos
secos, en el marco de una dieta saludable, como es la dieta mediterránea.
"El consumo regular de pistachos reduce la presión
arterial (al facilitar la síntesis de óxido nítrico, un potente vasodilatador);
facilita la función endotelial y reduce la rigidez arterial (nuevos factores de
riesgo vascular); mejora el perfil lípido (al reducir el colesterol total y
sobre todo el colesterol perjudicial - LDL-colesterol); reduce la incidencia de
diabetes (al tratarse de un alimento con bajo índice glucémico);
y, también promueve el crecimiento de las bacterias saludables de la flora
intestinal (gracias a su alto contenido en fibra que al fermentar se convierte
en ácidos grasos de cadena corta, como el butirato)", ha dicho el doctor.
Todos estos mecanismos, argumenta, explican que las personas
que consumen con frecuencia estos frutos secos presenten una reducción de casi
un 20 por ciento en la mortalidad total y una reducción cercana al 30 por
ciento en el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores, como
infarto de miocardio, accidente vascular cerebral o muerte de causa
cardiovascular.
Al mismo tiempo, Estruch ha
destacado un estudio llevado a cabo con 1.000 empleados americanos, en el que
se observa que el consumo de 42 gramos de pistachos a media mañana, momento
conocido como 'Crunch Time', mejora la función cognitiva, la capacidad de
aprendizaje la memoria y el recuerdo, lo que conlleva una mayor concentración
en el trabajo.
Los nutricionistas clásicos recomiendan tomar cinco comidas
al día, incluidos un almuerzo a media mañana y una merienda a media tarde.
"Se han observado efectos protectores sobre la mortalidad en general y
sobre la enfermedad cardiovascular con el consumo de una ración de frutos secos
(28 gramos) que equivale a 49 pistachos entre 1 y 7 días a la semana se
consigue una reducción de 40 por ciento del riesgo de sufrir esta enfermedad",
han dicho.
No obstante, la mayoría de estudios en los que se han
demostrado los efectos de los pistachos sobre el perfil lipídico, hipertensión
y diabetes por ejemplo se han el consumo de una ración de frutos secos (28
gramos) que equivale a 49 pistachos entre 1 y 7 días a la semana se consigue
una reducción de 40 por ciento del riesgo de sufrir esta enfermedad", han
dicho.
No obstante, la mayoría de estudios en los que se han
demostrado los efectos de los pistachos sobre el perfil lipídico, hipertensión
y diabetes por ejemplo se han utilizado hasta 3 y 4 veces esta dosis (entre 70
y 100 g al día). "A efectos prácticos, nuestra recomendación sería
consumir un "puñado" de pistachos cada día, idealmente a media mañana
y/o media tarde", ha recalcado.
Nueva pirámide de
la dieta mediterránea
La Fundación Dieta Mediterránea ha decidido adaptar la
pirámide alimentaría tradicional a los nuevos estilos de vida. El nuevo esquema
incorpora elementos cualitativos y cuantitativos en la selección de alimentos.
La pirámide sigue la pauta anterior y sitúa en la base, los
alimentos que deben sustentar la dieta, como los pistachos; a la vez, que
relega a los estratos superiores, gráficamente más estrechos, aquellos que
deben consumirse con moderación.
Además, añade indicaciones de orden cultural y social,
íntimamente ligados al estilo de vida mediterráneo desde un concepto de la
dieta entendida en un sentido amplio. También refleja la composición y número
de raciones de las comidas principales.
"Actualmente,
está considerada como una de las dietas más saludables tanto por organismos
como la Organización Mundial de la Salud (OMS), como por la mayoría de
sociedades científicas de todo el mundo. Este patrón de alimentación se basa en
un elevado consumo de aceite de oliva (mejor virgen extra), fruta, verdura,
legumbres, pescado, cereales (mejor integrales) y frutos secos como pistachos,
almendras, avellanas y nueces; en la ingesta moderada de pollo, aves, huevos y
productos lácteos; en un bajo consumo de carne roja; y, en un consumo moderado
de vino, siempre en las comidas", ha informado.
Asimismo, el experto aludido a estudios recientes en los que
se ha demostrado, "con el mayor nivel de evidencia científica", que
el seguimiento del patrón de la dieta mediterránea alarga la vida y reduce la
incidencia de las principales enfermedades crónicas como las cardiovasculares o
la diabetes, las enfermedades neurodegenerativas, así como numerosos tipos de
cáncer.